Si hubiera que hacer una lista de los diez, o incluso cinco, tíos más buenorros de las españas no podría faltar mi paisano el piragüista y medallista olímpico David Cal. ¿Alguien dudaba de la buena calidad de los productos de las Rías Baixas? Vale, el chaval tuvo un traspiés importante al presentarse en las listas del PP para el ayuntamiento de Pontevedra en 2011, pero en ningún momento llegó a militar en el partido y renunció al acta sin llegar a tomar posesión, cuando ahora podría estar chupando dinero público tranquilamente por no hacer nada, como tantos otros, en lugar de emigrar a Brasil para buscar sponsors. Porque la fuga de cerebros es una calamidad, pero si encima se nos van también los tíos buenos entonces qué va a ser de este país.
Que sí, que lo estoy justificando, pero cómo no se lo voy a perdonar todo a un tío con ese cuerpo y con esa cara. En las fotos en las que se tira al agua sin camiseta (ya puestos, otra vez anímate a quitarte también el pantalón, David) podéis apreciar que lleva un tatuaje en una zona bastante íntima. Y hay que celebrar que las exigencias del deporte le hagan llevar ese traje tan ceñido que nos permite imaginar tantas cosas y todas buenas.
Últimamente se ha puesto más gordito como podéis ver en las últimas fotos. Si para alguien son un problema sus actuales kilos de más, mejor, menos competencia.
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